"Scribere me aliquid et devotio iubet"

"Scribere me aliquid et devotio iubet" San Bernardo de Claraval

Ya no le temo al blanco...

"Noto mis palabras libres y a la vez con peso. El peso se lo dan los hechos por los que he pasado, aunque ya se han convertido en alas y plumas que la hacen volar, tan ligera como grave. Sólo ahora que tengo peso, sé volar" Alessandro D´Avenia.

miércoles, 27 de junio de 2012

Lágrimas de alegría...



-No le temas. Su majestad es terrible; su grandeza, abrumadora; pero su misericordia no tiene límites. Por amor se ha hecho semejante a nosotros y se divierte con nosotros. Convierte el agua en vino para que no cese la alegría entre los invitados. Espera a otros; los llama continuamente desde hace siglos... Mira, ya traen vino nuevo; ahí están las vasijas. Aliocha sintió que el corazón se le inflamaba, que lo tenía colmado hasta el punto de parecerle que le iba a estallar. De sus ojos brotaron lágrimas de alegría. Tendió los brazos, profirió un grito y despertó...

 Los hermanos Karamazov. Fedor Dostoievski.

 Estos rusos...

lunes, 25 de junio de 2012



Perdonarás, estoy seguro, al tan recientemente nombrado Emperador de la Creación, por haber tenido tanto que hacer esa noche antes de tener tiempo para hacer lo único que merece la pena…
Aunque un solo vistazo permite imaginar más bien poco, he descubierto que en realidad hasta hoy mi vida ha transcurrido en la penumbra más intensa… intrínsecamente hablando, ha sido una vida muy alegre, pero lo cierto es que nunca he sabido lo que significa ser feliz hasta esta noche. Ser feliz no es estar pegado de uno mismo, en absoluto, ni estar tranquilo o satisfecho como lo estaba yo hasta hoy. La felicidad trae consigo no ya la paz, sino una espada; te sacude como el jugador agita los dados para lanzarlos; te deja sin habla, te nubla la vista. La felicidad es más fuerte que uno mismo y notas palpablemente cómo te pone el pie encima del cuello… 
No creo exagerar al decir que jamás en mi vida te he contemplado sin pensar que te había subestimado anteriormente. Con todo hoy hay ocurrido algo fuera de lo normal: has ascendido siete cielos de una carrera. 
… Me invade una gran sensación de inutilidad, es un sentimiento maravilloso que me hace cantar y bailar, aunque técnicamente con bastante poca gracia. Hasta mañana, ¡Por supuesto! Deberías sentirte inclinada a rechazarme y te ruego que lo hagas; no logro imaginar por qué no lo haces, pero supongo que tú sabes lo que haces mejor que yo…
 G.K.Chesterton a su esposa Frances.

jueves, 21 de junio de 2012

¡SI ESTO ES VERDAD LO CAMBIA TODO, TODO!


Domingo por la tarde... el espectáculo del Cielo y la Cordillera!
(Caminando con Feña hacia la casa de Bárbara para ir al Meeting point)

Qué grandes son estos hombres! En El espíritu de la Filosofía medieval, de E. Gilson:

«Toda actividad creada se refiere esencial y necesariamente a Dios como a su fin. Lo que está hecho para Dios, por el solo hecho de que obra, tiende espontáneamente hacia Dios en virtud de una ley inscrita en la substancia misma de su ser. Puede que lo que así persigue al fin supremo le persiga sin saberlo; hasta es naturalmente el caso de todos los seres que no están dotados de conocimiento intelectual y no pueden, ya sea conocer sus actos, ya sea reflexionar sobre sus actos para determinar su fin. No por esto es menos cierto que las cosas tienden hacia Dios, pues nunca obran sino en vista de cierto bien, que es un análogo del Bien supremo, de modo que todas sus acciones tienden a hacerlas a algo menos desemejante a él. Esa persecución de Dios, que en los demás sólo es vivida, en el caso del hombre es conocida y consciente. No tiene suficientes luces para saber que el Bien le es accesible, pues un bien no tiene mayor derecho al Bien que un ser al Ser, pero tiene bastante para saber que eso es lo que busca y por qué lo busca. Pues, si lo que acabamos de decir es verdad, el amor humano, sean cuales sean sus ignorancias, sus cegueras y aun sus extravíos, no es más que una participación finita del amor que Dios tiene por sí mismo. La desgracia del hombre es que puede equivocarse de objeto, y padecer por ello, aun sin saber que se equivoca; sin embargo, hasta en los más bajos placeres, hasta en el agotamiento de la voluptuosidad, todavía busca a Dios; aun más: por lo positivo de su acto y lo que aún puede tener de análogo con el amor verdadero, busca a Dios mismo en él, para él. De modo que, como era de esperar, por lo demás, el fin del amor humano es también su causa. En esa persecución de nuestra propia felicidad, Dios se aleja y sigue delante de nosotros; es a un tiempo lo que deseamos y lo que hace que lo deseemos: praevenit, sustinet, implet; ipse facit ut desideres, ipse est quod desideras. En ese sentido, totalmente radical, es cierto decir que la causa de nuestro amor de Dios es Dios, pues él crea nuestro amor al crearnos. Pero si esto es verdad, hay que ir todavía más lejos, pues ya que el amor es una busca que quiere llegar a ser posesión, decir que sin Dios no seríamos capaces de amar a Dios, es decir que sin Él ni siquiera seríamos capaces de buscarlo. Dios quiere, pues, que el hombre lo posea ya por el amor para incitarlo a buscarle, y quiere que el hombre lo busque por el amor a fin de poseerle; puede buscárselo y encontrárselo; lo que no se puede hacer es anticipársele: nadie puede buscarlo, a menos que ya lo haya encontrado. Nemo te quaerere valet, nisi qui prius invenerit; esta palabra, cuyo eco se deja oír en una página célebre de Pascal, da su sentido propio a la noción cristiana del amor.»

 ¿Quién puede mirar lo humano de este modo? ¿cuál es el origen de una mirada así hoy? ¿cómo ser fieles a nuestra propia humanidad?

martes, 19 de junio de 2012


Y la fascinación por la Cordillera crece... es el Abrazo Tuyo... está, todos los días está, aun cuando no se ve algunos días...
foto tomada desde San Joaquin, al lado de un milagro..

 «¿Puede haber nada más delicioso que pasar, en unos cuantos minutos, por todos los grados de la escala patética, desde las fascinaciones y terrores de arrojarse a lo desconocido, hasta la humanísima seguridad de volver a lo familiar y propio? (...)Por ahora sólo trato de describir esas enormes emociones que parecen no admitir descripción. Y la más enérgica de todas consiste en que la vida es tan preciosa como enigmática; en que es un éxtasis, por lo mismo que es una aventura, y en que es una aventura, porque toda ella es una oportunidad fugitiva. No padecía a mis ojos, la bondad esencial de los cuentos de hadas porque hubiera más dragones que princesas; y, de todos modos, era deseable vivir en aquel mundo. La prueba de la dicha es la gratitud, y yo me sentía agradecido sin saber a quién agradecer.»
 Gilbert Keith Chesterton. Ortodoxia.

jueves, 7 de junio de 2012



 Y mirar el Milagro que tú eres..




"Todo yo soy una pregunta a la que no sé dar respuesta"
(P. P. Pasolini)



"Él poseía una ingenuidad que le permitía mirar las cosas de nuevo, como si nadie las hubiese contemplado antes que él. Contemplaba al mundo con ojos nuevos, asombrados".
(L. Jonas)