"Scribere me aliquid et devotio iubet"

"Scribere me aliquid et devotio iubet" San Bernardo de Claraval

Ya no le temo al blanco...

"Noto mis palabras libres y a la vez con peso. El peso se lo dan los hechos por los que he pasado, aunque ya se han convertido en alas y plumas que la hacen volar, tan ligera como grave. Sólo ahora que tengo peso, sé volar" Alessandro D´Avenia.

sábado, 3 de noviembre de 2007

Santiago con buenos amigos.

fotografía tomada esa misma noche, en viaje de regreso a casa.

Esas cosas que te maravillan... que las ves continuamente, pero aun así te sorprenden...lugares, situaciones, personas... signos... que son vida.

Recorrido con buenos amigos por lugares que ya conocíamos, que ya no sorprendían, cosas obvias... pero esta vez algo distinto las iluminó... no fue solo el verlos de noche... pienso... creo que fue su compañía... este algo más... iba con nosotros... lo reconocimos...
No me canso de agradecerte... pero aun así... te pido mucho más!!!!!!!!!!!!!!!
más en estos días... que se que quiero mucho, pero no se bien que espero... sólo déjame verte.

aquí estoy!!

5 comentarios:

AleMamá dijo...

Creo que la clave de la felicidad acá en la tierra es saber ver la grandeza de lo pequeño y agradecer TODO, hast alo obvio y lo cotidiano, que para mí no es la rutina que mata, sino el sustrato que me da paz.

Si la presencia de que hablas es Dios, sí, te acompaña y a pesar de que sabe tus necesidades antes de que la palabra llegue atu boca,le gusta que se lo pidamos como el ciego de Jericó: ¡Señor, que vea!

Pide no más, dale, con insistencia.
Besos

Gustavo Tisera dijo...

No soy creyente, pero aún sin religión, creo que hay un principio irrenunciable, un mandamiento que hay que respetar: amar la vida y todo lo que posee vida. Quizás en esas cosas pequeñas e insignificantes, en esas cosas que uno muchas veces ignora o que pasa por alto, quizás allí se encuentra Dios. Me sincero: soy ateo, no para hacerme el intelectual ni mucho menos, pero es lo que soy. Aún así, estoy de acuerdo con ustedes en muchísimos aspectos. Un saludo y buenísimo el blog, nos leemos en la próxima.

Carlos Alberto dijo...

Valeska: Sí, hay un momento en la intimidad más profunda de nuestra vida en que, de pronto, nos sentimos diferentes, nuestras emociones parecen estar en una perfecta comunión con nuestro país, con nuestra tierra, con nuestro planeta, con todos los humanos (con los que ya han nacido y con los que pronto nacerán), con nuestra vida (desde sus comienzos, cuando no éramos más que unos pequeñitos riendo o llorado en los brazos de nuestra madre, de nuestro padre, de nuestros abuelos), con nuestros hermanos, con los vecinos, con ese hombre y esa mujer que no conocemos y que nunca conoceremos, pero ahora están pasando caminando a nuestro lado y nos miran o no nos miran (pero de algún modo ya están con nosotros, en nuestra mente, en nuestro espíritu, en nuestros corazones), con los bosques brasileños, con los desiertos africanos, con las montañas chilenas, con los pájaros que vuelan a través de los continentes y nada saben de nosotros, con la delicadísima belleza de una mariposa Monarca posada en nuestro dedo, con los cielos inmensos girando lentamente a medianoche, con las luces multicolores de las calles somnolientas, con las estrellas más brillantes que parpadean en las distantes lejanías, con las lunas grandes y pequeñas, con los planetas gigantes... con el Cosmos, antiguo y vasto, del cual surgimos.

Posdata: Ya veo que sigues pensado, amiga Valeska, pensando, pensando, siempre pensando...

Posdata II: ¿Ya leíste el cuento de Gustavo Tisera sobre Juan y las arañas?

HarryHaller dijo...

Lo más bonito que tiene la vida son las personas, estar con las personas que te quieren, lo maravilloso de todos los días.
Muy bonito comentario.
Un saludo

Gabriel dijo...

Sorprenderse con lo cotidiano, ver las cosas de todos los días con los mismos ojos, pero diferentes.
Un abrazo.





"Todo yo soy una pregunta a la que no sé dar respuesta"
(P. P. Pasolini)



"Él poseía una ingenuidad que le permitía mirar las cosas de nuevo, como si nadie las hubiese contemplado antes que él. Contemplaba al mundo con ojos nuevos, asombrados".
(L. Jonas)