
“Me pregunto si se puede hablar de una mirada vuelta hacia el rostro, pues la mirada es conocimiento, percepción. Pienso, más bien, que el acceso al rostro es de entrada ético. Cuando usted ve una nariz, unos ojos, una frente, un mentón, y puede usted descubrirlos, entonces usted se vuelve hacia el otro como hacia un objeto. ¡la mejor manera de encontrar al otro es la de ni siquiera darse cuenta del color de sus ojos! Cuando observamos el color de los ojos, no estamos en relación social con el otro. Cierto es que la relación con el rostro puede estar dominada por la percepción, pero lo que es específicamente rostro resulta ser aquello que no se reduce a ella.
Ante todo, hay la derechura misma del rostro, su exposición derecha, sin defensa. La piel del rostro es la que aunque con una desnudez decente. Lo más desprotegida también: hay en el rostro una pobreza esencial. Prueba de ello es que intentamos enmascarar esa pobreza dándonos poses, conteniéndonos. El rostro está expuesto, amenazado, como invitándonos a un acto de violencia. Al mismo tiempo, el rostro es el que prohíbe matar…”
Ante todo, hay la derechura misma del rostro, su exposición derecha, sin defensa. La piel del rostro es la que aunque con una desnudez decente. Lo más desprotegida también: hay en el rostro una pobreza esencial. Prueba de ello es que intentamos enmascarar esa pobreza dándonos poses, conteniéndonos. El rostro está expuesto, amenazado, como invitándonos a un acto de violencia. Al mismo tiempo, el rostro es el que prohíbe matar…”
E. Levinas, “Ética e Infinito”
5 comentarios:
Y, sin embargo, es tan hermoso poder caminar con la desnudez de un rostro sincero...
Gracias por estas reflexiones, que nos invitan con fuerza a no permanecer quietos.
Un abrazo cariñoso desde España,
Álex
No quiero terminar mi año sin dejarte un beso Ojalá todo lo que quieres y buscas y no buscas pero quieres te lo devuelva la vida
besos
Un texto muy interesante. Que te deja pensando. Reflexionando. Sí, eso es lo que estoy haciendo en este preciso momento.
¡Felicidades!
¡Hola!
Lo esencial, dijo el Principito, es invisible a los ojos.
¡Feliz Nochevieja y Próspero Año Nuevo para todos! ¡Chín, Chín!
Hola, Valeska.
Me presento: Coco, a tus órdenes.
Ni sé cómo llegué aquí. Pero igual leí el texto de Levinas. Sí, coincido con el Nene Farías. Muy interesante. Me gustó. Valió la pena leerlo.
¡Saludos! ¡Que esta noche te sientas, Valeska, muy feliz con tu familia y tus amigos!
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