«Terminado este soneto, me sobrevino una maravillosa visión en la cual contemplé cosas tales que me determinaron a no hablar de aquella alma bienaventurada hasta tanto que pudiera hablar de ella más dignamente. Para llegar a esto estudio cuanto puedo, como ella sabe verazmente [así como ella sabe]. Así es que, si es placer de Aquel al cual todas cosas viven, que mi vida dure algunos años, espero decir de ella aquello que jamás se ha dicho de mujer alguna; guste a Aquel que es Señor de la cortesía, que mi alma pueda dirigirse [ir] a ver la gloria de su mujer, es decir, de aquella bendita Beatrice, la cual gloriosamente mira la cara de Aquel que es todos los siglos bendito»
«Hay algo de esta joven, de este amor, de esta relación que no es clara. Necesito entrar ahí dentro y entender por qué Dios me la ha dado, por qué Dios me la ha hecho encontrar, por qué me la ha quitado así». Necesitaba entender qué cosa, estimando al signo que ella había sido, podía en cambio permanecer»
el signo que él había sido...
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