"La verdadera esperanza cristiana, como diré más adelante, no tiene nada que ver con la resignación pasiva. Es una virtud viril, valerosa. Se enfrenta con la realidad, con toda la realidad. Profesa que el hombre debe hacerlo todo como si estuviera solo en el mundo; pero profesa también que nuestros mejores esfuerzos no son nada, ´si Dios no guarda la ciudad´. Son necesarios centinelas sobre las murallas. Pero en vano montarán guardia, si Dios no protege la ciudad. En el seno de la esperanza hay dedicación activa de todo hombre que se sabe ´servidor útil´, responsable de talento que le ha sido confiado, pero hay también abandono de niño, de quien sabe también que es ´servidor inútil´. Esperar es aceptar que todo dependa de nosotros, y tener siempre presente que nada depende de nosotros, porque nada de lo que nosotros podríamos dar al mundo, aunque fuese el paraíso en la tierra, es la medida de los verdaderos deseos del hombre. El hombre no se pertenece; no se pertenece porque está hecho para Dios".
Charles Moeller, Literatura del siglo XX y cristianismo.
1 comentario:
"El hombre no se pertenece", muy buena frase (aunque aclaro que mis creencias son en realidad no creencias". Muy bueno el blog. Un saludo!
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