«Pienso que has debido ser recibida a tu llegada por una carta desalentadora. ¡ Qué quieres! , hay dias en que quiero ser joven, alegre, simple, idílico y otros en que siento la necesidad de dejarme invadir por la grandeza de lo trágico y de la soledad de todo lo que pasa. Cuando estoy poseído de unos sentimientos, condeno a los otros, e inversamente; pero en el fondo los dos tipos son ricos, los dos necesarios. Mientras que no estemos en la luz hemos de resignarnos a esta pobre sucesión y estos eternos comienzos de Viernes Santo y de Pascua. Y a los amigos no debemos ocultarles los días del calvario, so pena de privarles de la mitad de nosotros mismos. Por esto te he descrito con tanta sencillez mi domingo.» Mounier
«Hay tardes en que mi cuarto, que
es mejor que Eurodisney y Gardaland juntos, me parece un desván de cosas
apagadas. ¿De qué vale la vida si después llega la muerte? Y lo que hay después
de la muerte me da miedo. Y aún me da más miedo que después no haya nada. Y me
da miedo Dios, que es omnipotente. Y me dan miedo el mal y el dolor. Y me da
miedo la enfermedad... Y me da miedo quedarme solo. Y todo este
blanco de mierda...
Así que telefoneo a Niko, pero
Niko está jugando al fútbol y yo no puedo ir. Entonces telefoneo a Silvia, pero
Silvia no está en casa. La llamo al móvil: está desconectado. Le dejo un
mensaje: “Llámame cuando puedas”.
Silvia, ¿podrías acariciarme como
la otra vez? Tengo miedo, Silvia. Tengo un jodido miedo de todo. Tengo miedo de
no llegar a nada en la vida. Tengo miedo de que Beatrice muera. Tengo miedo de
no tener a nadie a quien poder llamar por teléfono. Tengo miedo de que tú me
dejes.
Estoy en mi cuarto y dentro solo
hay cosas mudas. Nadie con quien hablar. Los libros están mudos, porque resulta
que además no hay ningún Soñador que me explique nada o me convenza de que me
podrían gustar. Los cómics están mudos, a pesar de sus colorines. El equipo de
música está mudo, porque no tengo ganas de encenderlo. El PC está mudo, porque
esa pantalla tan profunda que puede contener el mundo entero, si la miras de
perfil no es más que una pantalla plana. Y te preguntas cómo consigue contener
tanto mundo, tanto mar, con lo plana que es. Hoy todo está mudo en mi cuarto.
Pero no quiero huir. Quiero resistir. Hoy en mi cuarto la tristeza entra a
oleadas. Trato de atajarla con una esponja. Doy risa. Resisto unos minutos,
luego el miedo asciende, y soy un náufrago en medio de un océano de soledad.
Floto en un desierto
completamente blanco: una enorme habitación blanca insonorizada, en la que no
se distinguen ni los rincones de las paredes. No sabes dónde está la parte de
arriba ni la de abajo, la derecha ni la izquierda... grito, pero todos los
sonidos son devorados. De mi boca salen palabras ya podridas. Silvia, llámame,
por favor.
Cuando me despierto son las
cuatro y el miedo está más lejos, por la sencilla razón de que estoy
completamente agilipollado. He desembarcado en una isla desconocida. Busco algo
que me ayude a sobrevivir. Los pósters de mi cuarto me miran. Luego veo la
carta...»
Hold me fast,
Hold me fast
Cuz I'm a hopeless wanderer.
I will learn, I will learn to love the sky I wander
The sky I wander
M&S
M&S
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