"Scribere me aliquid et devotio iubet"

"Scribere me aliquid et devotio iubet" San Bernardo de Claraval

Ya no le temo al blanco...

"Noto mis palabras libres y a la vez con peso. El peso se lo dan los hechos por los que he pasado, aunque ya se han convertido en alas y plumas que la hacen volar, tan ligera como grave. Sólo ahora que tengo peso, sé volar" Alessandro D´Avenia.

martes, 8 de septiembre de 2009

Danos un corazón...


The Old Testament Trinity, by Andrei Rubliov, Ca. 1370-1430

«Paradoja del justo doliente, sentimiento del valor único del dolor, respeto a los suplicantes, presentimiento de la grandeza de vivir, pese a todo, resignado, en el infortunio, presentimiento, en fin, de la consolación de los dioses y del perdón de las ofensas, tal es tal vez el legado más precioso que nos dejó Grecia. ¿No merece la pena sufrir mil muertes para salvaguardar esos valores? ¡Más qué impenetrable oscuridad en lo tocante al por qué de este sufrimiento y a la razón profunda del respeto del dolor! ¡Qué ausencia total de alegría en la tribulación! Muro, muro opaco, infranqueable, con que tropieza el alma antigua...

Cuando hayamos mostrado la oscuridad del más allá en los antiguos, su idea desesperada de que la muerte es el fin de todo, podréis entrever desde qué abismo de dolor y de tinieblas clamó a Dios el alma antigua.

Que su clamor pase a ser el nuestro. Rehagamos en nosotros un alma precristiana. Sí, vosotras, sombras preclaras, vos, Antígona,, que llorasteis por vuestra muerte y comprendisteis que no la merecíais; vos, Heracles, que habíaislo hecho todo por los desventurados y os resignasteis a vivir sin esperanza; vos, Hipólito, deliciosa, ¡ah!, demasiado deliciosa, visión de juventud pura, entusiasta, mística; vosotros todos, a quienes hemos evocado aquí en este nuevo género de nékuya, quedaos cerca de nosotros, vivid en nosotros, dadnos vuestra nobleza, vuestra angustia, vuestro clamor inconsciente hacia el Evangelio, a fin de que, cuando recibamos a Cristo, podamos comprender, `como niños recién nacidos, inocentes y razonables`, la inanerrable nueva del mensaje evangélico.

Que nosotros, que lo hemos recibido todo de manos de nuestra madre carnal, de manos de nuestra madre espiritual, la Iglesia, jamás tengamos que sonrojarnos por nuestra poca virtud ante aquellos que nada tenían y, no obstante, tan grandes fueron.» Así sea.

Sabiduría griega y paradoja cristiana. Charles Moeller.

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"Todo yo soy una pregunta a la que no sé dar respuesta"
(P. P. Pasolini)



"Él poseía una ingenuidad que le permitía mirar las cosas de nuevo, como si nadie las hubiese contemplado antes que él. Contemplaba al mundo con ojos nuevos, asombrados".
(L. Jonas)