"Scribere me aliquid et devotio iubet"

"Scribere me aliquid et devotio iubet" San Bernardo de Claraval

Ya no le temo al blanco...

"Noto mis palabras libres y a la vez con peso. El peso se lo dan los hechos por los que he pasado, aunque ya se han convertido en alas y plumas que la hacen volar, tan ligera como grave. Sólo ahora que tengo peso, sé volar" Alessandro D´Avenia.

domingo, 18 de octubre de 2009

El hombre es un Dios cuando sueña y un mendigo cuando reflexiona


HIPERIÓN”, (diálogo entre Hiperión y Belarmino). Federico Hölderlin.


(…)

Hiperión: Ser uno con todo, esa es la vida de la divinidad, ese es el cielo del hombre.


Ser uno con todo lo viviente, volver en un feliz olvido de sí mismo al todo de la naturaleza, esa es la sima de los pensamientos y de las alegrías.


Esta es la sagrada cumbre de la montaña, el lugar del reposo eterno donde el medio día pierde su calor sofocante y el trueno su voz y el viviente mar se asemeja a los trigales ondulantes.


A menudo alcanzo esta cumbre Belarmino, pero un momento de reflexión basta para despeñarme de ella, para caer.


Ojalá no hubiera ido nunca a vuestras escuelas, a vuestros colegios.


La ciencia, a la que perseguí a través de las sombras, de la que esperaba con la insensatez de la juventud, la confirmación de mis alegrías más puras, es la que me ha estropeado todo.


Oh si el hombre es un Dios cuando sueña y un mendigo cuando reflexiona y cuando el entusiasmo desaparece ahí se queda el hombre como un hijo pródigo a quien el padre hecho de casa contemplando los miserables sentimos con que la compasión alivio su camino.

A Giuseppina Grammatico:

Me dio mucha tristeza enterar de su partida (el jueves), porque justo cuando me enteré de su existencia (el día miércoles), de su grandeza, y quise buscarla ya no estaba más(había muerto el lunes)... por lo menos no en el departamento que está al lado del mío, el Centro de Estudios Clásicos de la UMCE... espero, con ardiente paciencia nuestro encuentro, de seguro que el Dios que tanto amamos, y que de seguro la quiso tanto a usted, que la quiso antes, y la quiere más hoy, nos presentará allá, donde sólo Él nos puede llevar: Su Eterna Morada, que es hoy su Hogar.

Adiós Giuseppina, y gracias, porque aún sin haberla conocido no sabe el impacto, el juicio que ha provocado en mí. Aunque esto, usted, ya debe saberlo, aún cuando mis labios no pronuncien palabra... usted sabía que el silencio es petición, sabía del silencio y de Su Voz más que nosotros... ¿cuál es el secreto?

3 comentarios:

Anónimo dijo...

o cambias el color del fondo o el de la letra porque no se lee nada

Bird dijo...

jaja opino lo mismo.
De todas maneras, ¿vale la pena leerlo? No puede ser un buen artículo el de alguien tan tonto como para poner un color de letra que no se lee.

Rafa Torres dijo...

Pues te equivocas, Bird.
El texto vale la pena.





"Todo yo soy una pregunta a la que no sé dar respuesta"
(P. P. Pasolini)



"Él poseía una ingenuidad que le permitía mirar las cosas de nuevo, como si nadie las hubiese contemplado antes que él. Contemplaba al mundo con ojos nuevos, asombrados".
(L. Jonas)