
"El inexorable amor me tiene sujeto de pelos.
Ya que soy tuyo, ¡enséñame tu rostro!
Puesto que me sujetas las manos, ¿qué quieres Tú que haga?
Tú me has llamado, dime qué quieres."
LA MADRE: -¿Qué puede un solo peregrino?
ANNE VERCORS:- ¡Yo no estoy solo! ¡Es un alegre y gran pueblo el que parte conmigo! ¿El pueblo de todos los muertos conmigo, esas almas superpuestas de las que no queda más que la piedra, todas esa piedras bautizadas conmigo que reclaman su asiento! Y, ya que es cierto que el cristianismo no está loso, sino en comunión con todos sus hermanos, es todo el Reino conmigo el que está llamado y atraído por el Trono de Dios y el que toma sentido y dirección hacia él, y del que soy diputado y que llevo conmigo para extenderlo de nuevo sobre el eterno patrón.
(de La anunciación a María. Paul Claudel)
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