"Scribere me aliquid et devotio iubet"

"Scribere me aliquid et devotio iubet" San Bernardo de Claraval

Ya no le temo al blanco...

"Noto mis palabras libres y a la vez con peso. El peso se lo dan los hechos por los que he pasado, aunque ya se han convertido en alas y plumas que la hacen volar, tan ligera como grave. Sólo ahora que tengo peso, sé volar" Alessandro D´Avenia.

martes, 1 de diciembre de 2009

la Piedra

Wanderer


Coros de la Piedra

“Entonces llegó un momento predeterminado,

un momento en el tiempo y del tiempo,

un momento no fuera del tiempo, sino en el tiempo,

en lo que llamamos historia: cortando,

bisecando el mundo del tiempo, un momento en el tiempo

pero no como un momento del tiempo, pero el tiempo se hizo

mediante ese momento, pues sin el significado no hay tiempo,

y ese momento del tiempo dio el significado.

Entonces pareció como si los hombres debieran

avanzar de la luz a la luz, en la luz de la Palabra,

a través de la Pasión y el Sacrificio salvados a pesar

de su ser negativo; bestiales como siempre, carnales,

buscándose a sí mismos como siempre, egoístas y

cegados como siempre,

pero siempre luchando, siempre reafirmándose,

siempre reanudando la marcha por el camino iluminado por la luz;

a menudo deteniéndose, vagueando, perdiéndose,

retardándose, volviendo, pero sin seguir otro camino”[1]

“Y pareció que los hombres iban a avanzar siempre ´de la luz a la luz´, siempre dispuestos a retomar, a pesar de todo, el camino iluminado, caminando como podían, pero siempre tras la estela de ese Acontecimiento sin comparación posible. Pero algo ha sucedido:”[2]

“pero parece que ha pasado algo que no había

pasado nunca: aunque no sabemos bien cuándo,

ni por qué, ni cómo, ni dónde.

Los hombres han dejado a Dios no por otros dioses,

Dicen, sino por ningún Dios; y eso no había ocurrido nunca,

Que los hombres a la vez negasen a los dioses y

Adorasen a dioses, profesando primero la Razón,

Y luego el Dinero, y el Poder, y lo que llaman Vida,

O Raza, o Dialéctica.

La Iglesia renegada, la torre derribada, las campanas

Volcadas, ¿qué tenemos que hacer

Sino estar parados con las manos vacías y las palmas

Hacia arriba en una edad que avanza progresivamente hacia atrás?...

Estéril y vacío. Y tiniebla sobre la faz

De lo profundo.

¿Ha fallado la Iglesia a la humanidad, o la humanidad ha fallado a la Iglesia?

Cuando a la Iglesia ni se la considera ya, ni se

oponen siquiera a ella, y los hombres han olvidado

a todos los dioses excepto la Usura, la Lujuria y el

Poder.”[3]


[1] T.S. Eliot. La piedra. p.181-182

[2] Luigi Giussani. La conciencia religiosa del hombre moderno. p.14

[3] T.S. Eliot. La piedra. p.182- 183.

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"Todo yo soy una pregunta a la que no sé dar respuesta"
(P. P. Pasolini)



"Él poseía una ingenuidad que le permitía mirar las cosas de nuevo, como si nadie las hubiese contemplado antes que él. Contemplaba al mundo con ojos nuevos, asombrados".
(L. Jonas)