"Praevenit, sustinet, implet; ipse facit ut desideres, ipse est quod desideras" San Bernardo
"Scribere me aliquid et devotio iubet"
"Scribere me aliquid et devotio iubet" San Bernardo de Claraval
Ya no le temo al blanco...
"Noto mis palabras libres y a la vez con peso. El peso se lo dan los hechos por los que he pasado, aunque ya se han convertido en alas y plumas que la hacen volar, tan ligera como grave. Sólo ahora que tengo peso, sé volar" Alessandro D´Avenia.
jueves, 28 de febrero de 2013
lunes, 25 de febrero de 2013
Fue el amor que eligió
Pertenece al poema Esposa, de Miguel d´Ors:
Con tu mirada tibia
alguien que no eres tú me está mirando: siento
confundido en el tuyo otro amor indecible.
Alguien me quiere en tus te quiero, alguien
acaricia mi vida con tus manos y pone
en cada beso tuyo su latido.
Alguien que está fuera del tiempo,
siempre
detrás del invisible umbral del aire.
Como dice un poeta español que amo mucho:
“Tú me has elegido,
fue el amor que eligió.
Y cuando me has elegido me has liberado de la nada…
del hecho de no tener un nombre”.
miércoles, 20 de febrero de 2013
Dime que vendrás y me liberarás
“Necesito a alguien que escuche, alguien que comprenda… por ti he esperado todos estos años... por ti esperaría hasta el final de los tiempos... por ti esperaría hasta que mis días se acaben. Y dime que vendrás y me liberarás. Sólo dime que esperarás, que esperarás por mí.
En tus lágrimas y tu sangre. En tu fuego y tu inundación escucho tu risa, te escuché cantar... no sé de dónde vengo, no sé a dónde voy... Por ti he esperado todos estos años... por ti esperaría hasta que mis días acaben”
Till kingdom come
lunes, 18 de febrero de 2013
¿Quién eres tú?
¿Quién eres Tú, que fascinas a un hombre hasta hacerle tan libre que suscita en nosotros el deseo de esa misma libertad?
domingo, 17 de febrero de 2013
«Entendedme: el sacrificio de si por todos los hombres, voluntario, totalmente consciente y sin ninguna imposición, me parece el signo del máximo desarrollo de la persona, de su máxima potencia, del supremo dominio de uno mismo, del haber alcanzado una voluntad supremamente libre. Dar voluntariamente la vida por todos, ir por todos a la cruz, a la pira, sólo es posible para una personalidad que ha alcanzado la madurez suprema. Una persona fuertemente madura, totalmente segura de su derecho a ser persona, que ya no teme por su propia vida, no puede hacer otra cosa de sí mismo, no puede emplearse sino en darse a sí mismo por los demás, para que también los otros puedan ser conscientes y felices. Es una ley de la naturaleza y a ello tiende el hombre normal.»
Notas de invierno para impresiones de verano. Fedor Dostoievski.
sábado, 16 de febrero de 2013
La única cosa que cuenta, la única cosa que necesito
Tu potencia es más fuerte que nuestra debilidad
La lógica del mundo, la lógica de Dios
Querido Papa
Querido Papa, falta un acento a la última letra de este tu nombre, Papa, y haría que fuese otra palabra. La palabra que cada hijo pronuncia millones de veces en la vida y que un hijo de Dios tiene la fortuna de pronunciar muchas veces más porque, eventualmente, la vida cristiana es aprender a decir Abbá, papá, a Dios.
A la noticia de tu renuncia he tenido miedo. He probado el mismo dolor que sentí por la muerte de Juan Pablo II: entonces tenía 28 años y me sentía huérfano, lloré como quien ha perdido un padre.
El lunes me ha sucedido lo mismo. Me he sentido huérfano. Tú habías decidido no ser más Papa. Otro padre me venía en menos. Es el dolor de un hijo que ha recibido muchísimo. He seguido tu pontificado desde el momento en que te asomaste por primera vez desde el balcón ( entonces vivía en Roma). He leído tus escritos, me he nutrido de tus palabras siempre profundas y extrañamente simples para ser de un profesor de teología, porque están fundadas sobre una relación verdadera con Dios (cuán frías en las palabras de algunos pastores que se sucede escuchar…).
En estos años en que la fe es a menudo puesta a prueba, burlada, incomprendida, tú has hecho de pararrayos a muchas críticas. Las has tomado todas sobre ti. No te importaba nada ser herido. Son felices aquellos que son heridos a causa de Cristo y quizá cuánta de la suciedad que hay en la Iglesia fue arrojada sobre ti por el hecho de ser aquel padre de familia que es el Papa. Tú siempre has demostrado y quizá con cuánto dolor, desde el discurso de Ratisbona a aquel sobre el matrimonio, que el único consentimiento que te interesa es aquel de tu Padre Dios, por lo tanto el de la verdad, del logos.
Por esto he tenido miedo cuando has anunciado tu renuncia. En el momento me ha parecido un echarse atrás. Si te echas atrás también tú, que eres el Papa, qué vamos a hacer nosotros? he repensado una frase tuya que llevo en el corazón: “Fidelidad es el nombre que tiene el amor en el tiempo”. Me la recuerdo todas las veces que el mío y el amor de los otros es puesto a prueba y debo agarrarme con todas las fuerzas al Amor que mueve todos los otros amores, por encima que el sol y las otras estrellas. En estos años mi fe se ha reforzado gracias a aquel logos cortés, firme y cálido que tú sabes infundir a las palabras que usas, como (para hacer un ejemplo) este que he leído hace unos días: “Dios, con su verdad, se opone a la múltiple mentira del hombre, a su egoísmo y a su soberbia. Dios es amor. Pero el amor puede ser odiado, allí donde exige que se salga de sí mismo para ir más allá de sí mismo. El amor no es un sentido romántico de bienestar. Redención no es wellness, un baño en el autocomplacimiento, sino que es una liberación del ser comprimido en el propio yo. Esta liberación tiene como costo el sufrimiento de la Cruz”. Repensando tu frase, leyendo estas palabras, tu “dimisión” me parecía incomprensible y me ha tirado en la consternación.
Me he sentido solo. Para qué sirve defender la propia fe entonces si también el Papa se tira atrás. Entonces poco a poco la emotividad ha dejado el espacio al logos precisamente, a la verdad, a Cristo, y una grande paz fue vuelta al corazón. Debía ir más allá del código de interpretación subjetivo, emotivo, mundano. Renunciar representa un fracaso para el mundo, es un gesto de debilidad para el mundo, en el cual se “es” sólo si se afirma uno a sí mismo, a cualquier costo. La lógica de la debilidad no es del mundo. del mundo es la lógica del poder y la del egoísmo. Por esto tu gesto es un gesto de libertad del yo y no de fuga de Dios, en el cual te quieres refugiar del todo para continuar sosteniendo la Iglesia más y mejor.
Con este gesto haces triunfar una lógica diversa, un logos diverso. Aquel de quien sabe que su oración silenciosa vale tanto cuanto vale su acción, y entonces deja esta última a quien mejor que él pueda llevarla adelante. Tenía que sonar al mismo modo, fastidiosa e inexplicable, la frase de Cristo a los suyos: “es bueno que yo me vaya, para que venga a ustedes otro consolador”.
También Cristo parece echarse atrás, pero así vence: deja el espacio a la potencia del Espíritu, no se deja atar ni siquiera por su condición humana, da todo, también aquella, se expropia de todo sí mismo, porque como tú has explicado en tu libro más bello “ser cristianos” es “ser para”. Él pone en las manos de los suyos la tarea de continuar su obra y afirma que harán también obras más grandes que las suyas. Te agradezco, querido Papa, por todo el logos que nos has donado y que nos donarás hasta el 28 de febrero, como Papa, pero también por el logos que nos donarás después, en el silencio que el mundo ya llama derrota, subterfugio, fuga, y que es, en vez, victoria. No me siento más solo, porque todavía una vez más me has ayudado a mirar a la única cosa que cuenta, la única cosa que necesito, el Logos mismo. Una sola cosa te pido. No des la dimisión a la escritura. Continúa a nutrir nuestra fe con tu logos. No hacerlo sería la dimisión a un talento y el Evangelio habla claro sobre esto…
con afecto
Alessandro D´Avenia.
Qualcosa che non c'è

"Hay
tardes en que mi cuarto, que es mejor que Eurodisney y Gardaland juntos, me
parece un desván de cosas apagadas. ¿De qué vale la vida si después llega la
muerte? Y lo que hay después de la muerte me da miedo. Y aún me da más miedo
que después no haya nada. Y me da miedo Dios, que es omnipotente. Y me dan
miedo el mal y el dolor. Y me da miedo la enfermedad de Beatrice. Y me da miedo
quedarme solo. Y todo este blanco de mierda...
Así
que telefoneo a Niko, pero Niko está jugando al fútbol y yo no puedo ir.
Entonces telefoneo a Silvia, pero Silvia no está en casa. La llamo al móvil:
está desconectado. Le dejo un mensaje: «Llámame cuando puedas».
Silvia,
¿podrías acariciarme como la otra vez? Tengo miedo, Silvia. Tengo un jodido
miedo de todo. Tengo miedo de no llegar a nada en la vida. Tengo miedo de que
Beatrice muera. Tengo miedo de no tener a nadie a quien poder llamar por
teléfono. Tengo miedo de que tú me dejes...
Estoy
en mi cuarto y dentro solo hay cosas mudas. Nadie con quien hablar. Los libros
están mudos, porque resulta que además no hay ningún Soñador que me explique
nada o me convenza de que me podrían gustar. Los cómics están mudos, a pesar de
sus colorines. El equipo de música está mudo, porque no tengo ganas de
encenderlo. El PC está mudo, porque esa pantalla tan profunda que puede
contener el mundo entero, si la miras de perfil no es más que una pantalla
plana. Y te preguntas cómo consigue contener tanto mundo, tanto mar, con lo
plana que es. Hoy todo está mudo en mi cuarto. Pero no quiero huir. Quiero
resistir. Hoy en mi cuarto la tristeza entra a oleadas. Trato de atajarla con
una esponja. Doy risa. Resisto unos minutos, luego el miedo asciende, y soy un
náufrago en medio de un océano de soledad.
Floto
en un desierto completamente blanco: una enorme habitación blanca insonorizada,
en la que no se distinguen ni los rincones de las paredes. No sabes dónde está
la parte de arriba ni la de abajo, la derecha ni la izquierda... grito, pero
todos los sonidos son devorados. De mi boca salen palabras ya podridas. Silvia,
llámame, por favor.
Cuando
me despierto son las cuatro y el miedo está más lejos, por la sencilla razón de
que estoy completamente agilipollado. He desembarcado en una isla desconocida.
Busco algo que me ayude a sobrevivir. Los pósters de mi cuarto me miran. Luego
veo la carta." Alessandro D´Avenia
Qualcosa che non c'è
domingo, 3 de febrero de 2013
Qué será
Paese mio che stai sulla collina
disteso come un vecchio addormentato
la noia l'abbandono
niente son la tua malattia
paese mio ti lascio e vado via.
Che sarà, che sarà, che sarà
che sarà della mia vita
chi lo sa
so far tutto o forse niente
da domani si vedrà
e sarà
sarà quel che sarà .
Amore mio ti bacio sulla bocca
che fu la fonte del mio primo amore
ti do l'appuntamento
come e quando non lo so
ma so soltanto che ritornerò
Che sarà, che sarà, che sarà,
che sarà della mia vita chi lo sa
con me porto la chitarra
e se la notte piangerò
una nenia di paese suonerò
Gli amici miei son quasi tutti via
e gli altri partiranno dopo me
peccato perché stavo bene in loro compagnia
ma tutto passa
tutto se ne va.
Che sarà, che sarà, che sarà,
che sarà della mia vita chi lo sa
so far tutto o forse niente
da domani si vedrà
e sarà sarà quel che sarà
Che sarà, che sarà, che sarà,
che sarà della mia vita chi lo sa
so far tutto o forse niente
da domani si vedrà
e sarà sarà quel che sarà
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"Todo yo soy una pregunta a la que no sé dar respuesta"
(P. P. Pasolini)
(P. P. Pasolini)
"Él poseía una ingenuidad que le permitía mirar las cosas de nuevo, como si nadie las hubiese contemplado antes que él. Contemplaba al mundo con ojos nuevos, asombrados".
(L. Jonas)
(L. Jonas)